La morocha aseguró que su paso por la isla valió la pena. "Haber quedado como finalista entre más de 25 mil postulantes para mí ya fue un éxito. Fue mi primera experiencia y me fue mejor de lo que esperaba", afirmó.
Antes de entrar a la isla, Xoana trabajó cuatro años como vendedora y mecánica en una agencia de venta de autos importados de alta gama de Chacarita. Afirmó que "si bien ganaba un sueldazo, creí que era el momento de jugármela entera por mi sueño de ser vedette y bailarina".
"Desde chiquita que sueño con bajar las escaleras del Maipo con mi cuerpo desnudo y engrasado, cubierto con pocas plumas y con bailarines a mis pies", confesó a la revista la joven de 23 años.
Explicó que ella no reniega de su anterior trabajo pero no se pondrá otra vez el mameluco porque sí. "Lo voy a cambiar por un conchero y muchas plumas. Es mi gran sueño y por el voy a luchar hasta las últimas consecuencias", señaló.
